Vamos con mi relato:
Viernes 5/DIC/25, La Vall d’UixóDespués de un viaje mucho más lento de lo esperado, hay que ver como está la AP-7 de camiones en todo su recorrido

, a las 19:00 llegaba al parquing compartido por el C.C. y el
hotel Belcaire donde después de estacionar ya me encontré con algunos amigos. Checking, dejar equipaje en la habitación que compartiría con John y nos dirigimos al centro de la villa para buscar donde cenar.
La zona se presentaba bastante animada de juventud consumiendo cervezas y llenando las terrazas, cosa que me sorprendió un poco, pero la temperatura acompañaba. La verdad es que después de varios intentos fallidos, nos ofrecieron mesa en un bar/restaurant de tapeo a las 21:00, donde disfrutamos, unos más que otros (yo no tuve suerte con mi elección de la minitorrada hiperajada), de una cena informal servida por un camarero digamos que con poco espíritu de servicio que hasta nos recriminó que no agrupásemos los pedidos de las segundas bebidas.
Después de la cena regresamos directos al hotel y de aquí a la piltra ya que para quien más quien menos, había sido un día largo de trabajo y ruta o, simplemente de ruta de aproximación a lo Lewis.
Sábado 6/DIC/25, La Vall d’Uixó – Sierra de Espadán – Onda – Alto Mijares - JéricaDesayuné en el hotel porque ante la previsión de un menú al mediodía preferí un desayuno con fruta, tostadas, yogures y cereales al típico “esmorzaret valencià” que practico en su versión catalana cuando previamente he me lo he ganado con la bici.
En la gasolinera ya me encontré con Javier i Anna y con Stefan y Charo que ya habían dormido en Jérica y nos explicaban las particularidades del alojamiento y el aparcamiento.
A las 10:00 llegamos puntuales al punto de reunión donde estaban casi todos los coches pero faltaban los compañeros que habían optado por el desayuno contundente y supongo yo, que también se encontraron con un servicio poco diligente y eso que sus opciones ya habían sido escogidas con antelación.


Sea como fuere, con casi ½ hora de retraso el líder Zeus nos ilustró sobre la ruta de la mañana y con una temperatura excepcional para la época del año, partimos a recorrer la
Sierra de Espadán con unas carreteras con bastante buen asfalto y llenas de curvas lentas en constante ascenso y descenso, sin descanso para el volante. No había programada parada-café pero al final la realidad prostática se impuso y se decidió parar no se donde, pero cerca de una acequia que varios alimentamos con nuestra micción

A las 12:45 llegamos al aparcamiento público de
Onda donde aparcamos los roadys estrictamente alineados. No había prisa ni supongo gana porque estuvimos un buen rato, algunos conversando y otros haciendo fotos. A mi me dió tiempo incluso de enrollarme con un lugareño y su hijo que estaban jugando a pelota y me preguntaron de donde salían tantos deportivos. Cuando les dije que abarcábamos desde Galicia hasta Mallorca, pasando por Menorca, Barcelona, Lleida, Zaragoza, Madrid, Toledo, Alicante, Valencia y por supuesto Castellón, no salían de su asombro



Y así, sin prisas y en mangas de camisa, cualquiera diría que estábamos en Diciembre (que diferente al XV Aniversario por el Norte que fue pasado por agua), nos dirigimos al
Gran Hotel Toledo donde en animada conversación hasta las 15:30, dimos cuenta del menú pactado.


La tarde presentaba una ruta de 62 kms por la comarca del
Alto Mijares que aunque un poco escasos fueron muy disfrutones. Recuerdo que de esta ruta, el tramo hasta Montanejos lo recorrimos en sentido contrario en la
Conce de Ángel @Angel en FEB/20. Tengo especiales recuerdos de aquella ruta porque era mi primera salida de Catalunya con “Rampell” y después vino el confinamiento de triste recuerdo.
Sobre las 17 h. llegamos ya repostados al
Hotel de Jérica en el pueblo del mismo nombre que nos acogería dos noches. Los coches los aparcamos al lado de los vestigios de la estación de tren como atestiguan estas fotos que saqué algo más tarde.


Por la tarde los moderadores nos habíamos emplazado a una reunión para repasar temas y acciones en curso, aprovechando nuestra coincidencia física. Después cenamos como siempre en “germanor” y alguno, entre los que estábamos los beodos habituales

nos atrevimos a tomar una copa antes de retirarnos a descansar.
(continua)